Proyecto colaborativo internacional sobre los movimientos migratorios a lo largo del s. XIX y XX entre Argentina y España. Colegio Norbridge (Buenos Aires) – IES de Sabón (Arteixo)
En las escuelas los estudiantes hispanoamericanos eran libres. Había una serie de normas que tenían que respetar, la disciplina, pero los alumnos tenían que ser activos, podían hablar y debatir lo que ellos pensaban. También tenían que tener confianza en el profesor, intentar resolver todas las dudas para aprender mucho más y tener así un nivel más alto.
La enseñanza se caracterizaba por tener cuatro niveles progresivos y no era memorística , el alumno tenía que tratar de comprender el contenido de las materias. Era un aprendizaje práctico, los estudiantes investigaban en equipo e individualmente, por ello era una forma más entretenida de aprender. Tenían mucho interés por saber y el profesor les ayudaba.
La educación moral consistía en la evaluación de los compañeros y ellos mismos. Era un ambiente bueno, tenían que ayudarse mutuamente y evitar las competencias.
Las aulas eran muy acogedoras tenían grandes ventanales y un mobiliario elegante y provechoso. Las mesas y las sillas estaban diseñadas para facilitar su uso, siempre en armonía con la decoración. Se destaca la presencia de un gabinete de física e historia natural, dotado de material educativo, que vino de París para las actividades educativas. Las instalaciones poseían de un piano para impartir clases de música y solfeo.
La higiene fue uno de los aspectos de los que se tomó conciencia. Los profesores trataban de inculcar a los alumnos la importancia que tenia este aspecto, pidiendo la colaboración de los padres y de todos los medios que pudieran influir en la actitud del niño.
A cada estudiante se le solicitó una cartilla de salud en la que se recomendaban cosas como: «No se debe escupir en el suelo ni servirse de los pañuelos de bolsillo para realizar lo dicho, que conlleva el riesgo de contraer tuberculosis».
La agricultura empezó a considerarse como una más de las asignaturas importantes. Gracias a que la escuela se encontraba en un entorno agrario sujeto a la agricultura agraria fortalecido el conocimiento de los alumnos y de los padres. La agricultura podría haber sido un método eficaz para disminuir la migración, ya que era un medio de mejora y progreso. Los productos fueron distribuídos en los bares.
Las escuelas americanas tenían la intención de crear una enseñanza diferente, relacionada con la comunidad y el pueblo. Para ello, Manuel L. Lemos contribuyó la idea de crear en la escuela un taller de imprenta. Los beneficios que consiguieran serían para ayudar a los emigrantes de Buenos Aires. En la escuela había otros talleres además de la imprenta: en el taller de zapatería se hacían zuecos para los niños pobres y en el de costura se hacían los delantales. También había laboratorios donde se realizaban prácticas de meteorología y fotografía.