El Hogar Gallego para Ancianos fue fundado el 29 de junio de 1943 por un grupo de gallegos conmovidos por la triste noticia de que se había hallado una anciana orensana muerta a causa del frío en la Avda. de Mayo. No dudaron un instante, había que hacer algo ya no podía repetirse una noticia semejante, se fijó un domicilio céntrico y a partir de ahí comenzaron a reunirse todos los domingos por la mañana a fin de organizarse y concretar el proyecto… “la creación de una casa de recogimiento y amparo para los ancianos desprotegidos”.
Este grupo estaba formado por Horacio Bermúdez Abente, Miguel Portela, Luis Seoane y Gumersindo Sánchez Guisande, con el tiempo se irán sumando otros gallegos exiliados que buscan ayudar a sus compatriotas.
Los comienzos fueron muy difíciles; no todas las puertas que se golpeaban en busca de apoyo recibieron con entusiasmo la obra.
La compra de un solar donde instalar el Hogar tuvo al principio algunas dificultades. Se buscaba un espacio amplio, con mucho sol, mucha luz y con capacidad para las obras imprescindibles debía estar rodeado de amplios sectores al aire libre . Cerca de la Capital no se encontró nada que se aproximara a ello, y finalmente se optó por Domselaar, una zona tranquila y cuyo origen se remonta a la construcción del ferrocarril por los británicos, cuando muchos pueblos surgieron al calor de estas obras.
El primitivo Hogar era muy humilde, acorde con los fondos disponibles para su sostenimiento.Se disponía de un sector cercano a la vivienda del encargado con cuatro dormitorios y un baño para 12 hombres mientras que para las señoras se habilitó la vivienda que perteneció al administrador de la estancia, donde se habilitó el comedor, edificio que actualmente se conoce como el hogar viejo.
Hoy en día sigue abierto y acumula múltiples premios por su dilatada labor social y cultural, además de recibir regalos de todo tipo, como el cruceiro en piedra que los «canteiros» de Marín ( Pontevedra) consttruyeron para esta institución.