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Proyecto colaborativo internacional sobre los movimientos migratorios a lo largo del s. XIX y XX entre Argentina y España. Colegio Norbridge (Buenos Aires) – IES de Sabón (Arteixo)

La Cara y Cruz del Hotel Inmigrantes

FUENTE IMAGEN: "Tranvía de Inmigrantes", 1912. Iba del embarcadero al Hotel de Inmigrantes. Coche de la Compañía Ciudad de Buenos Aires Con tracción a sangre. AGN Foto en Dominio Público

FUENTE IMAGEN: «Tranvía de Inmigrantes», 1912. Iba del embarcadero al Hotel de Inmigrantes. Coche de la Compañía Ciudad de Buenos Aires Con tracción a sangre. AGN
Foto en Dominio Público

«Aquí, en este edificio, descargan los barcos todo lo que Europa no puede mantener, lo que arrojan las inundaciones, lo que se salva de los terremotos, lo que abandonan los mares, lo que escupen los gobiernos y lo que huye de las revoluciones, todo lo que cae buscando las aguas del trabajo para salvarse de la miseria».

La inmigración en la República Argentina, El período de gran expansión: 19081913, El Hotel de Inmigrantes», mimeo., pág. 91

 

«La mayor parte de la construcción es de madera y sumamente vieja; las sucesivas cepas de pintura con que se ha querido remozar no han cambiado mayormente, resultando que, aunque la limpieza interna se haga con prolijidad, siempre queda en mal estado. Y como si esto no fuera bastante, en las proximidades del edificio hay lagunas de aguas descompuestas que son una amenaza constante”…

 Diario La Nación, Suplemento Ilustrado No. 10, Los Inmigrantes, 6 de noviembre de 1902. 

 Durante el período en que funcionó la Rotonda, paradójicamente,  Buenos Aires se transformaba en un deslumbrante escenario que hablaba de la pujanza y la aspiración de una generación argentina. La ciudad comenzaba a perfilarse como la metrópoli poderosa que se mostraría al mundo. Lo que se construyó en esa época fue sencillamente colosal. Buenos Aires era, sin lugar a dudas, una ciudad majestuosa, aún para los europeos.  Este paisaje de progreso, naturalmente, no admitía la vecindad de un asilo para inmigrantes. La vergüenza que su presencia provocaba en la sociedad era unánime. La prensa se hizo eco del repudio general. 

 Otros periodistas se ocuparon del sentir de los inmigrantes, alojados allí «sin comodidades ni higiene, en una confusión lamentable que hacía perder al que llegaba toda esperanza de prosperidad» 

 Revista P.B.T., El Hotel de Inmigrantes, 4 de febrero de 1911. 

FUENTE: http://www.ub.edu/ Horacio Capel

FUENTE: http://www.ub.edu/
Horacio Capel

 

 

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