Proyecto colaborativo internacional sobre los movimientos migratorios a lo largo del s. XIX y XX entre Argentina y España. Colegio Norbridge (Buenos Aires) – IES de Sabón (Arteixo)
José Manuel Monteagudo Ferreiro nació el 24 de febrero de 1945 en la aldea de San Andrés de Cesar, Ayuntamiento de Caldas de Reis, provincia de Pontevedra. José Monteagudo había participado de la Guerra Civil y tenía ideas anarquistas. Con el nacimiento de José Manuel, sus padres, que ya tenían una hija llamada Laura, deciden emigrar ya que las perspectivas de aquellos años no eran muy buenas.
El destino elegido sería Buenos Aires; los primeros tiempos fueron muy duros, como en la mayoría de los casos había que trabajar de sol a sol para sostener a la familia. Se asentaron en la localidad de Bernal, ubicada a mitad de camino entre la ciudad de La Plata y Capital Federal, donde instalaron una pequeña fábrica de hombreras para sacos.
Pese a la precaria situación económica que atravesaban, los padres de José Manuel lo enviaron a estudiar. Luego de cursar la escuela primaria y secundaria, decidió seguir la carrera de Geología en la Universidad Nacional de La Plata.
Él entró a trabajar como operario en el astillero Río Santiago de la localidad de Berisso, cerca de La Plata. Manolo militaba en una agrupación política de izquierda que luchaba para defender los derechos de los trabajadores navales y tenían contacto con organizaciones de operarios de otros astilleros y de diferentes empresas”, dice Julio Cedola, hermano de su mujer Laura.
A finales de 1976 la represión en La Plata era sangrienta. Fue una de las ciudades argentinas más castigadas por la dictadura.
La zona estaba controlada por el jefe de Policía de la Provincia,La zona estaba controlada por el jefe de Policía de la Provincia, Ramón Camps, y su mano derecha era el director de Investigaciones, Miguel Osvaldo Etchecolatz
“Cuando secuestraron a Laura y Manolo ellos estaban viviendo en la casa de mi padre. Esa madrugada habíamos regresado del cumpleaños de una amiga mi papá, mi hermana y su marido y mi novia (actual esposa) y yo. Personal de la Brigada de Infantería de Marina tocaron el timbre mientras estábamos durmiendo y cuando abrí la puerta preguntaron por Laura Cedola, me dijeron que querían interrogarla. Entraron violentamente varios hombres con armas de grueso calibre, y nos pusieron a todos contra la pared, era un allanamiento. Buscaban a mi hermana pero Manolo comenzó a defenderla para impedir que se la llevaran, le dijeron que se callara porque lo iban a llevar a él también. Mi padre estaba en el dormitorio, él era oficial de Marina y recuerdo la discusión que mantuvo con estos hombres que eran subalternos, pero ellos le ordenaron que se callara. Luego de dos horas de tensión, detuvieron a Laura y a Manolo; mientras se los llevaban mi hermana le gritaba a mi padre: ‘Decile quien sos, decile quien sos…’ pero él no podía hacer nada porque lo tenían encañonado en el dormitorio, y así los secuestraron, dejando a su hijita de 27 días huérfana”, rememora Julio.
“Unos días después acompañé a mi papá a entrevistarse con el almirante Emilio Massera, comandante en jefe de la Armada e integrante de la Junta Militar. Ambos habían cursado la carrera
militar juntos. Él lo recibió conmovido y le dijo: ‘¡Pachín! ¡Qué desgracia! No te preocupes, esos son unos perejiles, vamos a ubicar a tu hija y a tu yerno inmediatamente, llamaré a Camps, que está en La Plata’. Pero todo fue mentira, nunca nadie hizo nada, jamás supimos de ellos, a mi padre sus amigos de la Marina le cerraron todas las puertas. Tiempo después Silvia Gucci, una ex detenida, dijo haber visto a Manolo en el campo de concentración La Cacha, ubicado en la localidad de Lisandro Olmos, cerca de La Plata. Por su parte, Patricia Rolli, que estuvo en ese lugar prisionera afirmó que allí también estaba Laura. Ambas los vieron entre el 22 de junio y el 8 de julio de 1977”. Y agrega: “A Ana Lucía, hija de Laura y Manolo, la crió una hermana de mi padre, que con el tiempo la adoptó y la alejó de nosotros. Hoy se llama Ana Lucía Altavista. Los padres de Manolo sufrieron mucho con la desaparición de su hijo. El padre falleció, su madre vive actualmente en España y su hermana en Italia, donde está casada y tiene una hija adoptiva”.
Por último, Julio asegura:
“Aplicando la doctrina de la Seguridad Nacional, los militares actuaron como un ejército de ocupación en sus propios países, apoyados por las multinacionales y operando como brazo armado del FMI para instalar en el país un modelo económico, que con algunas variantes, fue impuesto en varios países latinoamericanos. Fue un exterminio, ¿y a quien le interesaba? A toda la oligarquía argentina, sin mucho dinero esto no se podría haber realizado”.