Proxecto Colaborativo de Educación Secundaria de Adultos (ESA) & Formación Profesional – IES de Sabón
Galdós estaba en el apogeo, iniciando su etapa naturalista, y doña Emilia acababa de publicar La cuestión palpitante, al tiempo que iniciaba una discreta separación conyugal con su marido. Ambos iniciarán una relación literaria y de camaradería que desembocará en una intensa relación sentimental y a la luz de las cartas recogidas por Carmen Bravo Villasante, de subidos tintes eróticos.
Galdós siempre fue bien visto por sus coetáneos en el terreno profesional, era considerado un gran escritor y fue un novelista de éxito.
A raíz de su biografía parece que respetaba la obra y la personalidad de Emilia pero sin embargo jamás la defendió públicamente, aunque sí en privado como otros muchos escritores e intelectuales de peso que nunca dieron un paso adelante por defender la causa de una mujer avanzada para su época y comprometida con el progreso y la mejora social, sobre todo de las mujeres.
Bravo Villasante publicó en 1975 una treintena de cartas de amor de Emilia Pardo Bazán a Pérez Galdós. La relación, volcánica por parte de la autora de ‘Los pazos de Ulloa’, pudo comenzar hacia 1889. Don Benito tenía entonces 46 años. Doña Emilia andaba en los 38 y acababa de separarse de su marido.
Emilia le escribe a Galdós este apasionado y clarificador párrafo:
“Sí, yo me acuesto contigo y me acostaré siempre, y si es para algo execrable, bien, muy bien, sabe a gloria, y si no, también muy bien, siempre será una felicidad inmensa, que contigo y sólo contigo se pueda saborear, porque tienes la gracia del mundo y me gustas más que ningún libro”.
BRAVO VILLASANTE, Carmen: ASPECTOS INÉDITOS DE EMILIA PARDO BAZÁN, (Epistolario con Galdós), cvc. cervantes.es.literatura.Doña Emilia rebusca en el diccionario en busca de vocativos con que dirigirse a su amante. “Dulce vidiña”, “amado compañero”, “miquiño adorado”, “ratonciño del alma”, “mi ratón”, “amado roedor mío”. Son algunos de los apelativos con que Porcia y Matilde –que así firma sus secretas cartas Emilia Pardo Bazán- se dirige a Benito Pérez Galdós. Otras veces, la pasión hace que la escritora agreda la gramática. “En cuantique te vea te como”.
Parece que un momento especialmente crítico fue en el verano de 1888 cuando Emilia tiene una relación con el joven Lázaro Galdiano. Es entonces cuando Galdós se pone a exigir fidelidades a las que no tenía ningún derecho y pide explicaciones sólo cuando es consciente que relación anda en boca de todo Madrid, cuando otros colegas masculinos con mejor o peor voluntad corren a informar al escritor canario….
Curiosamente Emilia sufre remordimientos y se disculpa muchas veces, incluso parece confesar o al menos reflexionar sobre este asunto en obras como INSOLACIÓN o MORRIÑA.
No hay que olvidar que Galdós nunca se casó pero que tuvo fama de mujeriego, de hecho la relación acabó de enfriarse cuando el escritor tuvo a su única hija reconocida con Lorenza Cobián, una mujer analfabeta, muy lejos de Doña Emilia.
Nunca pareció Galdós muy fiel ni estable en cuanto a las relaciones sentimentales y no tuvo miramientos para tener una intensa vida afectiva, tal como podemos colegir por las opiniones que sobre él encontramos.