“Un tesoro de mujeres excepcionales nos ha legado la cultura griega. El dolor, la fidelidad, la justicia, la alegría, la belleza, la amistad, la bondad, llenan las páginas de la épica o la tragedia. Esos sentimientos ideales los encarnan personajes femeninos que han llegado vivos hasta nuestros días como Ifigenia, Helena, Creusa, Calipso, Fedra, Danae, Antígona, Penélope, Electra, Nausicaa, Dafne, Casandra”. E. LLedó
Tiziano : A Violación de Lucrecia , Museo Fitzwilliam de Cambridge
«¡Silencio, Lucrecia; Sexto Tarquino Soy, si lanzas un grito, si profieres una palabra, te mato!» y como Lucrecia no pudo responder ya que la punta de una espada colocada sobre su pecho, Sexto Tarquino prosiguió «Escucha: yo te amo. Sé que eres fiel, y que me resistirás, prefiriendo morir antes de rendirte. Mas con todo, óyeme. No es la muerte la mayor amenaza para ti, sino la deshonra pública. Si no accedes a mi pasión y me veo obligado a matarte, mataré en seguida al más joven y bello de tus esclavos, pondré su desnudo cadáver entre tus brazos y proclamaré que habiéndote sorprendido en adulterio, he castigado a ambos con la muerte, vengando así el honor de Colatino, mi deudo y amigo. En vano Lucrecia rogó, imploró, se revolvió desesperada, Sexto Tarquino le hizo comprender con evidencia que resistirse era morir y quedar para siempre deshonrada en la memoria de Roma y de su esposo.»
Tito Livio: Ab urbe condita, Libro I, cap. 58-60
LUCRECIA
Lucrecia es un personaje perteneciente a la historia de la antigua Roma. Fue victima de una violación por parte del hijo de Lucio Jarquinio. Este ultraje y el posterior suicidio de Lucrecia, influyeron en la caida de la monarquia y en el establecimiento de la República.
LEYENDA
Lucrecia tenia fama de mujer hacendosa, honesta y hermosa. Se sabe que su belleza y honestidad impresionaron vivamente a Sexto Jerquino. Éste, para satisfacer los frenéticos deseos que sentía por ella, pidió hospitalidad a Lucracia cuando su esposo se hallaba ausente. Aprobechando la oscuridad de la noche, se introdujo en la habitación de Lucrecia y la violó, sin que ella se resistiese ni gritara, ceyéndole su marido. Al día siguiente Lucrecia llamó a su padre y a su esposo, y les conto lo que habia pasado. Les pidió venganza contra Sexto Jarquino y se hundió un puñal en el pecho luego de pronunciar aquella admirable frase: “¡ Ninguna mujer quedará autorizada con el ejemplo de Lucrecia para sobrevivir a su deshonor!”
La violación y suicidio de Lucrecia han sido objeto de numerosas representaciones en las artes plásticas, influyendo entre ellas obras de Tiziano, Duero, Rafael y Botticelli.
NEREA MENDEZ CHAS