“Un tesoro de mujeres excepcionales nos ha legado la cultura griega. El dolor, la fidelidad, la justicia, la alegría, la belleza, la amistad, la bondad, llenan las páginas de la épica o la tragedia. Esos sentimientos ideales los encarnan personajes femeninos que han llegado vivos hasta nuestros días como Ifigenia, Helena, Creusa, Calipso, Fedra, Danae, Antígona, Penélope, Electra, Nausicaa, Dafne, Casandra”. E. LLedó
EL complejo de Casandra dibuja la caricatura de alguien que piensa que puede predecir el futuro, pero que se siente incapaz de cambiarlo. Este fenómeno puede atormentar a quien lo sufre, al hacer vaticinios que no son creídos por los demás.
En la mitología griega Casandra era una de las princesas de Troya, hija de Priamo y Hécuba. Según las leyendas, era una mujer hermosa que fue bendecida con el don de ver el futuro. Sin embargo, esta habilidad estaba acompañada con la maldición que nadie la creía.
Debido a esto, Casandra pudo anticipar el resultado de muchos eventos desastrosos, como la aceptación del famoso caballo griego por parte de los troyanos. La familia de Casandra pensó que estaba loca y no creyó en su disparatada historia sobre las intenciones de los griegos para asaltar la ciudad. Por supuesto la más famosa historia acabo con la derrota de los troyanos y la destrucción y saqueo de la ciudad.
Las versiones de las historias varían, y en algunas de ellas Casandra llega incluso a ser encarcelada por su locura. Casandra siempre ha sido mostrada como una mujer no comprendida. Así, los orígenes del mito están en las historias sobre un castigo divino que el dios Apolo impuso a esta mujer. Este castigo se debió a que el dios fue rechazado por Casandra, por lo que él se vengó con un regalo que solo le aportaría frustración y desesperación.