“Un tesoro de mujeres excepcionales nos ha legado la cultura griega. El dolor, la fidelidad, la justicia, la alegría, la belleza, la amistad, la bondad, llenan las páginas de la épica o la tragedia. Esos sentimientos ideales los encarnan personajes femeninos que han llegado vivos hasta nuestros días como Ifigenia, Helena, Creusa, Calipso, Fedra, Danae, Antígona, Penélope, Electra, Nausicaa, Dafne, Casandra”. E. LLedó
Virgilio: Eneida, IV, vv. 1-5
At regina graui iamdudum saucia cura
uulnus alit uenis et caeco carpitur igni.
multa uiri uirtus animo multusque recursat
gentis honos; haerent infixi pectore uultus
uerbaque nec placidam membris dat cura quietem
En tanto la Reina, presa hacía tiempo de grave cuidado, abriga en sus venas herida de amor y se consume en oculto fuego. Continuamente revuelva en su ánimo el alto valor del héroe y el lustre de su linaje; clavadas lleva en el pecho su imagen, sus palabras, y el afán no le consiente dar a sus miembros apacible sueño.