El término literatafue asumido por muchas deestas mujeres como una reivindicación frente al desprecio con que lo usaban sus coetáneos masculinos, que entendían como una burla el uso del femenino del término “literato” que era el único que realmente tenía entidad y peso específico. Pronto estas mujeres lo asumirán como propio y lo considerarán una profesión.
En España no existió en el siglo XIX un movimiento feminista organizado. Algunas escritoras e intelectuales defendieron sin embargo la enseñanza y otros derechos de las mujeres, junto con asociaciones y entidades públicas, y sobre todo privadas. En relación con las escritoras, podríamos señalar tres grupos:las «literatas» famosas (Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Sofía Casanova,Rosalía de Castro, …), las intelectuales (institutrices, maestras, profesoras de comercio, etc. María Barbeito, Concepción Sáinz, Enriqueta Otero…), y las escritoras o colaboradoras de revistas (Angela Gassi, Faustina Sáenz de Melgar, Pilar de Sinués, Joaquina Balmaceda, etc.).
A finales del s. XIX los grupos feministas iban consolidando sus posiciones, y sus programas y actividades eran cada vez más numerosas y conocidas en Europa y América, gracias a la prensa, revistas, congresos, asociaciones, conferencias, libros, debates políticos y manifestaciones callejeras. Los krausistas e intelectuales de la Institución Libre de Enseñanza (ILE) promovieron diversas iniciativas educativas para la enseñanza de mujeres y niñas, desde la Asociación para la Enseñanza de la Mujer de Madrid, Las Sociedades de Amigos del País y otras asociaciones similares.