Proyecto Colaborativo de Educación Secundaria de Adultos (ESA) & Formación Profesional
Primera mujer colegiada como abogada.-
Victoria Kent era hija de un sastre malagueño y su madre se dedicaba como la inmensa mayoría de las mujeres de la época a las labores del hogar. La pequeña Victoria era ya de niña voluntariosa y tan tenaz que impondría a sus progenitores sus determinaciones. Así se negó a temprana edad a asistir a la escuela, por lo que fue su madre quien la enseñaría a leer y escribir. Más adelante asistiría a la Escuela Normal de Maestros y en 1916 daría el gran salto. Sus padres le permiten trasladarse a Madrid (debemos considerar que en aquella época la mujer sólo salía de casa para convertirse en monja o en abnegada esposa). Allí estudia bachillerato, alojada en la recién creada Residencia de Señoritas, equivalente a la masculina Residencia de Estudiantes, cuyos gastos sufraga dando clases particulares. En 1920 entra en la Facultad de Derecho, donde cursa la carrera de manera no oficial. En 1924 se licencia y un año después solicita su ingreso en el Colegio de Abogados de Madrid, convirtiéndose así en la primera mujer que ejerce la abogacía en España.
Republicana convencida hasta el final.-
Victoria Kent fue republicana, republicana convencida. «yo soy republicana de pura cepa, republicana de ayer, republicana de hoy y republicana de mañana», decía de sí misma. No obstante, no quería una República instaurada con violencia. Al volver a España en 1977 lo repitió : «Yo estaré con la decisión del pueblo». La instauración de la República o de la Monarquía por la fuerza lo consideraba un acto de traición. Lo importante estaba en la instauración de la democracia, garantía de las libertades.
Directora General de Prisiones.-
Fue nombrada Directora General de Prisiones por Decreto de 18 de abril de 1931. Y dimitió de su cargo el 8 de junio de 1932. A lo largo de los catorce meses que permaneció en el puesto, desarrolló una gran labor de reforma del sistema penitenciario.
En su propia voz podemos oír las reformas y cambios que instauró durante su labor como funcionaria de prisiones en una España negra donde la vida en las cárceles era un auténtico infierno del que rara vez se salía con vida.
«Conociendo como conocía por experiencia que toda la correspondencia de los reclusos debía ser entregada abierta a la dirección de la prisión, establecí buzones para las reclamaciones que la población reclusa tuviera que hacer a la Dirección General exclusivamente. Ateniéndome a los principios básicos de nuestro régimen republicano, establecí la libertad de cultos en las prisiones, haciendo voluntaria la asistencia de la población reclusa a la misa, que se seguía celebrando como siempre.En el sector cultural dispuse que se celebraran conferencias y conciertos a solicitud del director de cada prisión y permití la entrada, siempre autorizada por el director de la prisión, de la prensa para los reclusos, evitando así lo que venía sucediendo: la entrada clandestina de toda clase de periódicos.Establecí la recogida de cadenas y grilletes que existían en las celdas de castigo.Vi penados con las manos cubiertas de llagas por el intenso frío del invierno y la humedad.»
http://www.educa.madrid.org/web/ies.victoriakent.torrejondeardoz/vk/Victoria.html http://elpais.com/diario/2007/03/09/andalucia/1173396132_850215.html TELO NÚÑEZ: "Concepción Arenal y Victoria Kent", ED. Instituto de Mujer, 1995 Imágenes con licencia CC.